El Consejo Hispano de Salud considera que el acceso a una atención sanitaria segura y de alta calidad es un derecho humano para todos y se opone firmemente a la reciente decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de anular el caso Roe contra Wade, revocando el derecho constitucional a la opción reproductiva. Esta decisión tendrá inevitablemente consecuencias negativas para la salud y el bienestar de las mujeres y aumentará las disparidades sanitarias.


Esta decisión dará lugar a un aumento de las prácticas de aborto inseguro, lo que provocará muertes innecesarias con un mayor impacto en las mujeres de color. En todo el mundo, se calcula que entre el 4,7 y el 13,2% de las muertes de mujeres se deben a abortos inseguros. Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad materna más alta de todas las naciones desarrolladas e impedir el acceso a abortos seguros inevitablemente provocará aún más muertes, en particular de mujeres de bajos ingresos, hispanas, negras y otras personas de color, que históricamente se han enfrentado a barreras sistémicas para acceder a la atención sanitaria.


Afortunadamente, nuestro estado de Connecticut continuará proporcionando acceso al aborto seguro a través de las recientemente promulgadas leyes de refugio seguro. Pero muchos estados ya han promulgado leyes desencadenantes que prohíben o restringen severamente el aborto, sometiendo a las personas embarazadas a continuar con embarazos no deseados y despojándolas de uno de sus derechos humanos más básicos: la libertad de tomar sus propias decisiones reproductivas.


El Consejo Hispano de Salud se compromete a trabajar con nuestra comunidad y con los legisladores para abordar las desigualdades en la atención sanitaria reproductiva y seguirá defendiendo esta importante causa.