Dadie D - Hartford, CT

Tras pasar todo el año 2020 trabajando como auxiliar médico, clasificando a los pacientes que entraban y salían del Centro de Salud Charter Oak, Dadie estuvo en estrecho contacto con pacientes y compañeros que habían contraído COVID-19. Oía constantemente "la enfermera tal está de baja porque ha contraído COVID". Constantemente oía decir: "la enfermera fulanita de tal está de baja porque tenía COVID". Para ella, era un milagro no haber contraído el virus a pesar de la naturaleza de su trabajo.

Eso cambió el 11 de diciembre de 2020, cuando se despertó con secreción nasal, que ella atribuyó a una posible infección sinusal; sin embargo, su marido había empezado a toser unos días antes. Decidió hacerse la prueba y animó a su marido a que también lo hiciera. Recuerda que se sintió frustrada cuando ambos dieron positivo, ya que antes había sido muy precavida. Dadie había tomado varias precauciones, como desvestirse fuera de casa cuando hacía frío, ducharse incluso antes de saludar a su familia después de un largo día de trabajo y rara vez hacía la compra para limitar el riesgo de exponerse al virus. "Intentaba protegerlos, ¿sabes?", dijo refiriéndose a su familia.

Según Dadie, lo más difícil de contraer COVID-19 fue evitar que sus hijos pequeños y su madre, que padece una enfermedad subyacente, se infectaran. Mientras ella y su marido estaban arriba aislándose en su habitación, sus hijos estaban abajo con su abuela. Los niños estaban muy preocupados y no paraban de subir a preguntarles si estaban bien. Me dolía oírles subir a decir: "Mami, te echo de menos". Al final, entendieron por qué tenían que ausentarse, pero estaban muy tristes. Dadie compartió una nota que su hijo, que entonces tenía 7 años, había escrito a su abuela durante ese tiempo. Decía: "Gracias abuela por poner tu vida en peligro para cuidar de mamá y papá". Dadie cuenta que se emocionó al leer la nota. Su madre tuvo que encargarse de cocinar y arriesgarse a subir la comida mientras estaban aislados. Afortunadamente, con todas las precauciones que tomaron, ni los niños ni su madre contrajeron el virus.

Como devota cristiana, Dadie dice que su fe ha sido muy importante para ella, especialmente durante esta pandemia. Aconseja a los miembros de la comunidad religiosa que dejen de hablar y actuar en función de la emoción que rodea al COVID-19. "No podemos utilizar nuestra fe de forma irresponsable", afirma. "Hagan su propio examen de conciencia para tomar decisiones sanitarias con conocimiento de causa". También insta a todas las personas, independientemente de su fe, a "seguir luchando juntos, no unos contra otros".

Nuestro agradecimiento a Dadie por compartir su experiencia con nosotros.